LA FRONTERA
Imagen generada con ChatGPT
No había prisa. Nunca la había.
El alimento aparecía con frecuencia, la seguridad era absoluta, los compañeros siempre cerca. Cada jornada empezaba igual: un vistazo alrededor para contar presencias, otro hacia la luz tamizada que predecía calma o agitación. A esas horas, el silencio mandaba.
Abajo, nada nuevo. Algún cabo dormido sobre el fondo, algún muerto olvidado. Raro era que algo cambiara.
Los días de calma, sobre la frontera solo los sólidos fusiformes: palas y hélices en unos, orzas además en otros, todos balanceándose sin urgencia. En los otros días, los agitados, el agua giraba en torbellinos predecibles, precedidos por aquel zumbido grave y desagradable. Entonces comenzaba la carrera hacia los fragmentos que descendían. A veces eran comestibles, las más no. Llegar a tiempo era cuestión de suerte, pero siempre había otra oportunidad.
Conocía cada rincón, cada sombra, cada amarra. Disfrutaba de libertad de movimiento y de la tranquilidad de que nada ni nadie exigía más.
Hasta que ocurrió. No fue una decisión: el cruce sucedió. Una abertura entre rocas, una corriente suave. Y de pronto, el mundo se volvió azul.
Más fluido, más profundo. La luz no se filtraba: se derramaba. Largas plantas ascendían hacia la frontera. Abajo, superficies rugosas, puntos vivos que respiraban, arenas que parecían latir. El espacio era inconcebiblemente grande. Sin paredes, sin pilares.
Los compañeros eran otros. Cuerpos translúcidos, ojos desmesurados, formas que se abrían en mitades perfectas, criaturas que danzaban con ocho aletas cónicas, destellos iridiscentes. Todo brillaba. Todo vibraba.
Y no caía nada.
Sintió hambre. Comprendió que allí no se esperaba: se capturaba. Y lo hizo. Fue duro. Fue bueno.
Regresó después de días. Más delgado, más fuerte, con una mirada que no encajaba del todo en el viejo entorno.
Lo explicó como pudo, pero le faltaban palabras. Porque la transparencia no se cuenta: se vive.
José Manuel Arnaiz
Junio 2025, entre las islas de Kos, Gayoi y Nysiros
Publicada una versión anterior en “La Huella Liberal”